Roberto Ortigoza y su familia iniciaron con una pequeña huerta para autoconsumo, con los años fueron creciendo y hoy son un modelo a seguir para otros pequeños productores. La Huerta - Carapeguá, como la denominó la familia, nació en junio del 2015 con un espacio de...
30 Abr De una huerta familiar a proveedor de supermercados y comedores
Roberto Ortigoza y su familia iniciaron con una pequeña huerta para autoconsumo, con los años fueron creciendo y hoy son un modelo a seguir para otros pequeños productores.
La Huerta – Carapeguá, como la denominó la familia, nació en junio del 2015 con un espacio de 7 m x 5 m, “prácticamente era una huerta familiar nada más, luego ampliando a 25 m x 50 m para probar con más cultivos, como el locote y la frutilla”, recordó Roberto.
Diez años más tarde la huerta cuenta con una hectárea y media. Su producto principal es la lechuga y los verdeos. Además, van rotando con otros cultivos como el poroto y el locote.
“Hace poco terminamos de cosechar el poroto y ahora estamos trabajando con 4.000 plantas de locote. También contamos con un invernadero donde preparamos plantines que se destinan a la venta y como insumo”, detalló el productor.
De manera directa, hoy son cuatro personas trabajando diariamente en el cuidado de los diferentes cultivos, con la familia siempre presente. La dedicación y el esfuerzo de Roberto también germinó en su hermana, quien estudia ingeniería, a la par de contribuir en la carga de semillar y aspectos técnicos en la huerta y vivero.
Salir a las calles
Consciente de que también hay que salir a calle para concretar ventas, Roberto empezó vendiendo de casa en casa desde la cajuela de su auto, luego participó de ferias organizadas por la Dirección de Extensión Agraria (DEAg) hasta que logró su propio sistema de ventas directas a comedores y lomiteros. Hoy provee para la verdulería de cinco supermercados de la zona.
Con sus ganancias la familia pudo comprar su propia motocarro y equiparlo con la identidad de la huerta. Inicialmente era manejado por Roberto, gracias a la buena aceptación de sus productos hace dos años pudo contratar contratar a su cuñado, Hugo Aquino, para encargarse del motocarro y realizar las entregas y ventas.
Adaptarse al universo digital
A fin de dar a conocer su trabajo y atraer compradores, en el 2019 creó una página en Facebook donde comparte las distintas etapas de producción y los resultados. Hoy cuenta con 20.000 seguidores de distintas partes del país y de la región. También creó grupos de WhatsApp con sus compradores y posibles clientes para ampliar la llegada de su producción, garantizando la comercialización.
Esta experiencia digital también avivó su espíritu de compañerismo y promotor del trabajo agrícola. “A través de la cuenta, la gente puede ver nuestro trabajo y también aprender. Comparto todo nuestro conocimiento y hay productores de otras zonas del país que están replicando nuestro modelo”, contó.
Para este fin, también creó grupos de WhatsApp con productores de distintas zonas y rubros, donde comparten sus experiencias, conocimientos y aprendizajes que se dan en el proceso de producción. Además, sumó a acopiadores y compradores para acortar la brecha y facilitar la compra-venta. Para Roberto es fundamental crear comunidad entre los diferentes actores y ,por sobre todo, solidaridad y compañerismo.
Roberto es uno de los miles de productores que apuestan por el trabajo honesto, comprometido y solidario, logrando una mejor calidad de vida y la revalorización del trabajo en la huerta.
Encontrálo en facebook como: La Huerta-Carapegua.