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El sistema productivo se sustenta en el manejo racional y resguardo de los bosques

Hace 60 años atrás el territorio boscoso era considerado como un bien improductivo y expropiable, se requirió de un proceso legislativo y de reeducación para desarrollar una visión de manejo racional, el uso productivo y el resguardo de los bosques, explicó el ing. Héctor Cristaldo,...

El sistema productivo se sustenta en el manejo racional y resguardo de los bosques

Hace 60 años atrás el territorio boscoso era considerado como un bien improductivo y expropiable, se requirió de un proceso legislativo y de reeducación para desarrollar una visión de manejo racional, el uso productivo y el resguardo de los bosques, explicó el ing. Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción, en entrevista con el programa Hablemos de Bosques. 

«En el año 2002 entró en vigencia el nuevo estatuto agrario que elimina la posibilidad de expropiar propiedades con bosques por ser improductivas y destinarlas a la reforma agraria. Entonces, el productor es reeducado para asumir que la tenencia de bosques es buena. Fue un proceso de muchos años, pero hasta ahora existen organizaciones campesinas con la antigua creencia de que el bosque puede ser atropellado y ocupado”, agregó.  

Desarrollo del uso productivo

En el marco del desarrollo demográfico y de infraestructura, con el avance hacia el este del país que se dio hace aproximadamente 60 años, inició la ocupación y el cambio de uso de suelo en zonas prácticamente despobladas, dando lugar a la agricultura de producción de granos. 

“El bosque siguió como fuente de productos maderables, palmito, menta y otros, mientras que la producción de hierbas fue mermando y volvió a ser un cultivo de chacra”, detalla Cristaldo. Con la llegada de la mecanización se incentivó la producción de granos, en tanto que otras miles de hectáreas, especialmente de la zona norte, se utilizaron para pasturas. 

En este proceso de ocupación del territorio, el bosque se percibía a la vez como una herramienta y como una dificultad, porque el estatuto agrario de aquella época lo calificaba como un bien improductivo, por consiguiente, los propietarios eran especuladores de la tierra, no trabajadores. Bajo esta lógica, muchos echaron los bosques para poder desarrollar la tierra y no sufrir expropiaciones u ocupaciones. 

Una mirada actual

“En la región oriental necesitamos dos componentes importantes: la seguridad jurídica, que garantice que, si hay invasiones de tierra, el propietario va a tener resguardo, y que la gente que viola la ley (ocupaciones, plantaciones de marihuana y otros) va a ser sancionada; y mecanismos que estimulen la tenencia de bosque, ya sea productiva o conservacionista”, indicó.  

En cuanto al Chaco, consideró que este es un polo de crecimiento para el Paraguay. “Hay más de USD 4.000 millones en inversión para obras como el puente de Chaco´i y de Carmelo Peralta, la ruta bioceánica, que van a tener un impacto significativo para el país. Es una oportunidad para el desarrollo sostenible, respetando los criterios de armonización entre la producción y el medioambiente”, señaló.

También recordó que en 90 años los productores demostraron el potencial productivo del Chaco, donde se armonizan distintas variedades sin degradar los recursos naturales, que ese el camino a seguir.



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