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Nidia González, un ejemplo de liderazgo rural femenino en América

Desde la ciudad de Coronel Oviedo, Nidia González lidera una asociación de familias productoras que busca mejorar los ingresos y la calidad de vida de su comunidad a través de la producción y comercialización de productos frescos. Comprometida con apoyar a las mujeres y a los...

Nidia González, un ejemplo de liderazgo rural femenino en América

Desde la ciudad de Coronel Oviedo, Nidia González lidera una asociación de familias productoras que busca mejorar los ingresos y la calidad de vida de su comunidad a través de la producción y comercialización de productos frescos.

Comprometida con apoyar a las mujeres y a los pequeños productores, González encabeza una organización que comenzó como un grupo de mujeres y hoy reúne a familias completas quienes participan activamente en las ferias productivas de la ciudad.

La productora trabaja en su chacra junto a su esposo y sus tres hijos. Aunque los inicios fueron difíciles, siempre estuvo convencida de que el esfuerzo no pesa cuando el objetivo es claro: salir adelante y progresar. La familia no tenía ingresos fijos y dependía del ciclo de cosecha que se daba cada cuatro meses.

Sin embargo, gracias al Programa de Mejoramiento de la Calidad de Vida de las Mujeres Rurales del Paraguay, impulsado por Japón en 2019, Nidia aprendió nuevas formas de producir y organizarse. “Aprendí que se puede cultivar hasta en un balde. Las mujeres japonesas tienen un rol muy fuerte y eso me inspiró”, relata.

De regreso en Paraguay, fundó el Comité de Santo Domingo, integrado por productoras que venden sus cosechas en las ferias de Coronel Oviedo (Caaguazú). Hoy, además de sus tomates con certificación orgánica del Senave, lleva a la ciudad los productos de otras mujeres de su comunidad. “Todas queremos progresar por nosotras mismas y no depender de nadie”, afirma.

“Cuando voy a feriar, no llevo solamente mis productos: llevo productos de la comunidad. A veces cuatro o cinco señoras me traen diferentes cosas, ellas me dan un precio, yo las vendo y luego les traigo el dinero”, cuenta.

Nuevos proyectos

Nidia también sueña con desarrollar el agroturismo en su zona, ofreciendo a los visitantes la experiencia de la vida rural, entre huertas, frutales y platos tradicionales cocinados en tatakua.

Para la comunidad, compartir esa sensación de vida de campo es esencial: “Es emocionante, te da energía, te da motivo, te hace decir ‘hola, acá estoy, feliz de vivir’”, menciona. Explica que cuentan con un bosque donde se pueden cultivar árboles frutales y con huertas que mantienen día a día. “Ese es nuestro trabajo cotidiano, y allí los visitantes podrán aprender cómo se cultivan las hortalizas y adquirir esos productos con sabor natural”, agrega.

Reconoce que, como productora, sueña en grande. Le gustaría que el agroturismo funcione, tener un gallinero junto a su casa y un invernadero para proteger los cultivos de las heladas. “Mi sueño es que, junto a todas mis compañeras con las que estoy trabajando, podamos tener las mismas posibilidades y contar con las mismas infraestructuras”, añade.

Con su ejemplo y liderazgo, Nidia demuestra que el progreso rural también tiene un fuerte protagonismo femenino. Su dedicación le valió el reconocimiento internacional como una de las Líderes de la Ruralidad de las Américas, galardón otorgado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).



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