UGP | Cunicultura: La carne que busca su lugar en la mesa paraguaya
20089
wp-singular,post-template-default,single,single-post,postid-20089,single-format-standard,wp-embed-responsive,wp-theme-bridge,ajax_fade,page_not_loaded,,paspartu_enabled,overlapping_content,transparent_content,qode-theme-ver-17.2,qode-theme-bridge,disabled_footer_bottom,qode_header_in_grid,wpb-js-composer js-comp-ver-5.6,vc_responsive
 

Cunicultura: La carne que busca su lugar en la mesa paraguaya

Un grupo de pequeños productores trabaja para abrir espacio a la carne de conejo como alternativa para diversificar el sistema productivo y ofrecer una opción accesible al consumidor. Lorenzo Encina, presidente de la Asociación Paraguaya de Productores de Conejos, mencionó que la producción de conejos es...

Cunicultura: La carne que busca su lugar en la mesa paraguaya

Un grupo de pequeños productores trabaja para abrir espacio a la carne de conejo como alternativa para diversificar el sistema productivo y ofrecer una opción accesible al consumidor.

Lorenzo Encina, presidente de la Asociación Paraguaya de Productores de Conejos, mencionó que la producción de conejos es un mercado en incipiente crecimiento. Aunque sin cifras oficiales ni estadísticas precisas, los productores perciben un crecimiento sostenido en el consumo interno.

La coyuntura del mercado, con incrementos en el precio de la carne bovina, contribuyó a que la carne de conejo se volviera competitivamente accesible para su consumo local. Esto también rompió con la tendencia de que la carne de conejo se vendía al nivel de los cortes más exclusivos, y se presenta como una opción económica y saludable, tanto para restaurantes como para familias que buscan diversificar su dieta.

Entre los principales compradores se cuentan restaurantes, servicios de catering y consumidores finales que valoran la carne por su bajo contenido graso y alto valor proteico.

Producción familiar con potencial de expansión

La mayoría de las granjas dedicadas a la cunicultura en Paraguay son grupos familiares, con entre 20 y 40 madres reproductoras, y la demanda supera la oferta, lo que muestra un mercado interno insatisfecho. “Hay momentos en que falta carne; no llegamos a cubrir los pedidos de los restaurantes ni de los clientes directos”, agregó Encina. 

Explicó que se trata de una especie de rápido crecimiento, con bajo requerimiento de espacio, alta eficiencia alimenticia y posibilidad de integración con la agricultura familiar.

“Una familia con diez madres podría producir unas 500 unidades de carne al año, lo que representa un ingreso adicional interesante”, calcula Encina.  Con un precio estimado en G. 50.000 por kilo en granja, el margen cubre los costos de alimentación y manejo. Sin embargo, el crecimiento está limitado por un problema estructural que impide ampliar la producción. 

Desafío: Falta de apoyo estatal

Entre los principales desafíos del rubro se encuentra la falta de una reglamentación específica por parte del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) para instalar mataderos de conejos. 

“Nos quieren aplicar las normas del vacuno o del cerdo, que son totalmente distintas. Sin una reglamentación clara, no podemos avanzar”, afirma Encina y explica que un matadero de conejo se puede montar en un espacio de seis por cuatro metros, con todas las condiciones de higiene, pero esa escala no encaja en los reglamentos actuales.

Esta situación impide que los productores accedan a supermercados o amplíen su mercado formal. A ello se suma la ausencia de líneas de crédito e incentivos adaptados a las necesidades de esta actividad, lo que restringe nuevas inversiones y la incorporación de más productores.

“Cada actividad tiene su realidad. Nosotros necesitamos líneas adaptadas a nuestra escala y tiempo de producción”, señala.

Asimismo, Encina indicó que  la carne de conejo podría incorporarse a programas de alimentación escolar y social, como “Hambre Cero”, aportando proteína de calidad a bajo costo. “Nosotros sabemos producir, lo que falta es que el Estado nos vea. No podemos producir más si no tenemos adónde faenar ni quién nos compre la producción”, añadió.

Finalmente, recordó que el cimiento de este rubro está, pero falta impulso. “Si hubiera una reglamentación clara y una política de fomento, podríamos multiplicar la producción en poco tiempo. Esta carne tiene todo para ganarse su lugar en la mesa paraguaya”.

Mientras tanto, los productores siguen apostando al esfuerzo propio, promocionando su carne en ferias y eventos gastronómicos, y conquistando nuevos consumidores a través de la experiencia de calidad y sabor.



Recibí las noticias del sector