La larga (20 años) y demorada gestión de acuerdos comerciales con la Unión Europea (UE) tiene como escenario el trasfondo de presiones políticas, ideológicas, paraarancelarias, ambientales, etcétera. Ese trasfondo demoró tanto las cosas que el mundo desde el cual se comenzó a negociar en 1999...
01 Abr Cuando la política manipula las reglas comerciales
La larga (20 años) y demorada gestión de acuerdos comerciales con la Unión Europea (UE) tiene como escenario el trasfondo de presiones políticas, ideológicas, paraarancelarias, ambientales, etcétera. Ese trasfondo demoró tanto las cosas que el mundo desde el cual se comenzó a negociar en 1999 es radicalmente distinto del que acompañó el acuerdo de 2019.
La UE, en el reglamento 1115, pone por escrito lo que el Senado de Estados Unidos hizo de hecho con la carne paraguaya: no importa cuanto hagas por cumplir ciertas normas, el comprador se reserva herramientas para romper un trato, cobrar multas usurarias y hacerlo sobre consideraciones no científicas, “precautorias” le llaman ellos. Por las dudas, te suspendo, te prohibo, te cierro las puertas.
La mayoría de los países de la UE tienen un largo historial de presiones coloniales, por decirlo de manera elegante, y no debe sorprender que sigan comportándose como lo han hecho durante mucho tiempo y en muchos lugares de la tierra. Lo que no debería suceder es que funcionarios del gobierno paraguayo desconozcan la historia y su modus operandi.
El caballo de Troya
Como los intentos de acuerdos comerciales con trampas no están funcionando, la experiencia europea rescata su memoria histórica y envía un Caballo de Troya, un “invento europeo” que traducido al lenguaje de la calle es un regalo mentiroso: la cooperación.
Simplificando la historia, cuando las tropas del rey Menelao se cansaron de luchar contra las murallas de Troya, construyeron un gran caballo de madera con el vientre hueco y lleno de soldados, lo dejaron frente la ciudad y fingieron retirarse. Los troyanos, creyendo que habían triunfado salieron a buscar el “regalo” y lo metieron a la ciudad. Durante la noche los soldados griegos salieron del caballo y tomaron Troya.
La cooperación financiera es siempre una ayuda no desprovista de intereses particulares, más o menos evidentes, semi ocultos o claramente disimulados. Muchas de las cooperaciones extranjeras son realmente positivas para quienes la reciben y otras claramente Caballos de Troya.
Por si alguien tiene dudas sobre la naturaleza del “regalo” de la UE transcribimos el numeral 2 del del Art. 30 sobre la cooperación.
“Las asociaciones y la cooperación permitirán la plena participación de todas las partes interesadas, en particular la sociedad civil, los pueblos indígenas, las comunidades locales, las mujeres, el sector privado, incluidas las microempresas y otras pymes, y los pequeños propietarios. Asimismo, las asociaciones y la cooperación apoyarán o iniciarán un diálogo inclusivo y participativo orientado a los procesos nacionales de reforma jurídica y de la gobernanza con el fin de mejorar la gobernanza forestal y de hacer frente a los factores nacionales que contribuyen a la deforestación.”
El numeral 3 dice: “Las asociaciones y cooperación promoverán el desarrollo de procesos integrados de ordenación del territorio de la adopción de la legislación pertinente en los países productores.”
Las citas dejan por escrito y bien claro lo que aporta el Caballo de Troya de la cooperación.
El problema con este tipo de regalos, como lo aprendieron los troyanos, es abrirles la puerta y, por un puñado de euros, incorporar a la legislación paraguaya normas diseñadas por otros países, para otras circunstancias y entornos.
Avancemos, a nuestro paso, con nuestros objetivos y nuestras circunstancias.