La tecnología y las prácticas de cultivo mejoradas sostienen el rendimiento y el aumento de la producción, según el informe denominado Perspectivas Agrícolas 2023-2032- OCDE-FAO. A nivel mundial, el volumen de crecimiento en producción y rendimientos es ampliamente superior al aumento de tierras trabajadas, lo que...
26 Ene La agricultura mundial produce mucho más en menos tierra
La tecnología y las prácticas de cultivo mejoradas sostienen el rendimiento y el aumento de la producción, según el informe denominado Perspectivas Agrícolas 2023-2032- OCDE-FAO.
A nivel mundial, el volumen de crecimiento en producción y rendimientos es ampliamente superior al aumento de tierras trabajadas, lo que habla del uso eficiente de recursos a través de la incorporación de nuevas tecnologías y de soluciones sostenibles.
El uso de la tierra para la producción de alimentos en todo el mundo ocupa el solo el 48% de la superficie habitable, es decir, cerca de 48 millones de km2. De las cuales el 77% ocupa la ganadería y el 23% la agricultura, fuentes del suministro global de proteínas y calorías.
En este contexto, el crecimiento de la población y de la demanda de alimentos son desafíos importantes, más aún teniendo en cuenta que hay zonas donde las tierras agrícolas cambiaron hacia la urbanización u otros sectores económicos. Sin embargo, esto no afectó a la productividad del sector.
A nivel global, los productores vienen trabajando en prácticas sostenibles – abarcando sus tres ejes- para fortalecer al campo como productor de alimentos, fuente de empleos e impulsar de distintas cadenas de valor. Todo esto, optimizando los recursos.
Cereales
“En el próximo decenio, el crecimiento de la producción mundial de cereales se deberá a un mayor rendimiento y al uso más intensivo de las tierras de cultivo existentes”, señala el informe y estima que en la demanda seguirá predominando el uso alimentario, seguido de cerca por el uso para forraje.
Se prevé que esta producción incremente a 3.100 millones de toneladas (Mmt) para el 2032, mayormente en maíz y arroz. Para ese entonces, los seres humanos consumirían el 41% de todos los cereales, en tanto que el 37% se utilizará para alimentación animal. Se prevé que los biocombustibles y otros usos representarán el 22% restante. Sin embargo, dichas participaciones difieren entre los distintos tipos de cereales.
El aumento esperado se atribuye a la mayor disponibilidad y adopción de variedad de semillas nuevas y mejoradas, al uso más intenso y eficiente de los insumos y a prácticas agrícolas optimizadas. Además, la turbulencia del mercado podría reactivar políticas públicas dirigidas a incrementar la producción nacional para reducir la exposición a los mercados mundiales.
Se prevé que el comercio mundial de cereales seguirá al alza, pero con cambios en la participación de los países y los países asiáticos liderarán el crecimiento en la demanda, tanto para alimentación como para forraje.