La incorporación de sistemas tecnificados en el trabajo agrícola marcó un camino de constante desarrollo, expansión y crecimiento para la producción nacional. El evento de mayor relevancia para el surgimiento de la categoría de la agricultura tecnificada en Paraguay fue el de la gestión de los...
27 Oct Desarrollo y expansión de esquemas productivos fortalecen la competitividad productiva
La incorporación de sistemas tecnificados en el trabajo agrícola marcó un camino de constante desarrollo, expansión y crecimiento para la producción nacional.
El evento de mayor relevancia para el surgimiento de la categoría de la agricultura tecnificada en Paraguay fue el de la gestión de los suelos, mediante la introducción y difusión de la tecnología de la siembra directa, cuenta el investigador Fabricio Vázquez, en el libro “Evolución del mundo rural. De la caza y recolección a las cadenas de valor”.
Este sistema, denominado en inglés “conservation agriculture” (agricultura de conservación), se basa en la protección continua del suelo y la realización de la siembra sin arado previo del suelo. Se complementa con dos técnicas: la primera, la curva de nivel, que consiste en la nivelación de las parcelas para limitar y controlar la erosión provocada por la velocidad del agua sobre la superficie. La segunda es la cobertura continua del suelo con cultivos para devolver nutrientes al suelo, y permite gestionar los ataques de plaga al variar constantemente el hospedero (la planta). De allí que un gran porcentaje de los agricultores tecnificados cultivan sistemáticamente soja, maíz, trigo y abonos verdes.
La tecnología de la siembra directa propició la expansión de los cultivos (principalmente soja, maíz, trigo, y otros abonos verdes como la canola o el nabo forrajero) especialmente en Alto Paraná, Itapúa y parte de Canindeyú y Caaguazú. A través de la agricultura tecnificada también se incorporó una serie de innovaciones necesarias para sostener el proceso productivo en expansión y los productores realizaron importantes inversiones en maquinarias agrícolas.
No se trata solamente del área sembrada de soja, maíz, trigo y otros- señala el autor del libro- sino de cómo estas actividades organizan el territorio y le dotan de significado, como se instalan infraestructuras asociadas a los esquemas productivos como silos, caminos, industrias, entre otros.
La difusión de tecnología, especialmente en prácticas de manejo y en semillas, fertilizantes, defensivos agrícolas y maquinarias, fortaleció la capacidad productiva de los principales países productores, consolidando al Mercosur, con Paraguay incluido, como una de las regiones con altos niveles de producción y productividad.
También resalta que el círculo virtuoso de gestión de materia orgánica y protección del suelo permite que una misma parcela sea productiva sostenidamente en el tiempo.
“Esta tecnología junto a la actualización y capacitación permanente de los agricultores, constituyen los factores principales que apalancan la competitividad de la agricultura paraguaya”, refiere en el material.