UGP | Inversión y tecnificación reactivó la producción agrícola en el Chaco 
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Inversión y tecnificación reactivó la producción agrícola en el Chaco 

Aunque la producción ganadera no ha llegado a su techo máximo, los productores han iniciado una diversificación productiva mediante la agricultura.  En el Chaco existe una tradición agrícola consolidada, impulsada por los colonos menonitas desde finales de la década de 1920, y con un conjunto de...

Inversión y tecnificación reactivó la producción agrícola en el Chaco 

Aunque la producción ganadera no ha llegado a su techo máximo, los productores han iniciado una diversificación productiva mediante la agricultura. 

En el Chaco existe una tradición agrícola consolidada, impulsada por los colonos menonitas desde finales de la década de 1920, y con un conjunto de nuevas técnicas productivas agregaron eficiencia y competitividad, según explica el investigador Fabricio Vázquez en el tomo II del libro “Evolución del Mundo Rural Paraguayo. De la caza y recolección a las cadenas de valor”. 

Resaltó que la expansión del cultivo de soja en el Chaco se explica por la fertilidad de los suelos, disponibilidad de tierras, y el nivel de conocimiento tecnológico de los agricultores. Recordó que existen trabajos de investigaciones con germoplasmas facilitados por el Ministerio de Agricultura de Estados Unidos en colaboración con la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas y las cooperativas del Chaco central, que buscan identificar las mejores variedades de soja adaptadas a las condiciones de temperatura y pluviosidad de la región. 

La zafra agrícola del Chaco 2020-2021 fue liderada por el arroz, algodón, el maíz, la soja, el sorgo y el sésamo. Dado el incremento del volumen producido de algodón, el sector industrial se integró al desarrollo de la cadena de valor instalando nuevas desmotadoras, con lo que se realiza el procesamiento de este producto.

Por su parte, el cultivo de arroz en las áreas próximas al río Paraguay, desde donde se obtiene el agua para el riego, ha supuesto otra innovación mayor al valorizar zonas extremadamente periféricas y con limitado potencial ganadero.

A finales de la década de 2000 surge, en el extremo norte chaqueño, el polo productivo de ‘Agua Dulce’, que incorpora cultivos y se convierte en un nuevo frente agrícola igualmente con buen potencial productivo.  En esta zona, sin embargo, la muy mala calidad de los caminos y las distancias restringen, limitan e impiden la comercialización.

Otro polo productivo surge a inicios de la década de 2010 en el área circundante a Mariscal Estigarribia, en el centro norte del Chaco. Se registra que algunas empresas empiezan a sembrar granos e incluso algodón de riego.

Desde finales de la década de 2010, surge un nuevo polo agrícola en la porción del oeste, en la zona próxima al río Pilcomayo, con cultivos de maíz, soja, algodón y cebolla usando sistemas de riego, lo que asegura niveles razonables de productividad.

La agricultura del Chaco central también se revitalizó con cultivos de soja y algodón, pero sin riego, lo que exigió el desarrollo de nuevas técnicas de gestión de la humedad de los suelos y adaptación en épocas de siembra, ya que las lluvias son escasas y están mal distribuidas en el año.



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